Si notas que tu hijo desconfía del agua, ni se te ocurra obligarlo a meterse en el estanque gritándole y amenazándolo.
La fuerza física y el impacto emocional en el bebé sólo aumentarán su miedo e incluso pueden causar un trauma psicológico que permanecerá con el niño de por vida.
En lugar de eso, trate de crear un ambiente seguro para su bebé. A continuación te contamos con más detalle a qué nos referimos.
Deja que tu hijo se acostumbre
Conocer algo nuevo y desconocido puede causar miedo. Invite a su hijo a tocar el agua, sentarse con usted y jugar con juguetes inflables.
Muéstrele, usando estos juguetes como ejemplo, que el agua sostiene el cuerpo si usted se recuesta sobre ella de manera sencilla y tranquila.
Caminar en aguas poco profundas
Tómate tu tiempo y no vayas directamente a lo más profundo. El niño debe sentir apoyo bajo sus pies. Para empezar, el pecho del niño tendrá suficiente profundidad.
Invítelo a jugar en el agua, chapotear y lanzar una pelota. Lleve un juguete inflable de colores brillantes para atraer la atención de su hijo. Por ejemplo, una pelota inflable con un alegre diseño veraniego y una inusual combinación de colores. Esta pelota es cómoda para llevarla a la piscina y a la playa.
En el proceso de adaptación al agua, es importante que haya un adulto tranquilo y paciente cerca que no grite ni exija resultados instantáneos al niño.
Anteriormente te contamos por qué vale la pena empezar a enseñar idiomas extranjeros a tu hijo lo antes posible.