Para que el niño no tenga miedo de abrir la boca frente al médico, debe estar preparado para una visita a la clínica dental.
Explícale que vas al dentista.
El médico comprobará cómo se sienten los dientes y si están creciendo correctamente.
Si hay pequeños agujeros en los dientes, el dentista los arreglará para que no se agranden.
Hágales saber que los adultos también van al dentista.
Se nota que mamá y papá también van al dentista, y cuando papá tuvo dolor de muelas, el médico lo curó; en esta etapa debes mostrarle al bebé el mismo diente curado.
Juega al dentista: tú puedes ser el médico y el niño puede ser el paciente.
Durante el juego, presenta al bebé todo lo que sucederá en el consultorio del dentista, después de lo cual podrás cambiar los roles con el niño: deja que él sea el médico y tú el paciente.
Anteriormente te contamos por qué el hábito de obedecer a los padres no beneficia al niño.