La crítica correcta ayuda a una persona a ver sus errores y encontrar formas de corregirlos.
Pero los reproches molestos e injustos sólo obstaculizan el camino.
Un adulto al que sólo se le reprocha y acusa de algo no sentirá más que ira y resentimiento.
Los niños se comportan de la misma manera: las críticas incorrectas de los padres pueden hacer que la autoestima del niño disminuya y la confianza en sus seres queridos desaparezca.
Lamentablemente, al criticar a sus hijos e hijas, las madres y los padres suelen cometer un grave error.
Cómo no criticar a un niño
Al expresar su descontento con el comportamiento del niño, muchos padres comienzan a criticar no las acciones, sino al propio niño.
“¡Qué incompetente eres!”, “No puedes hacer nada”, “No tienes habilidades”, “Eres un vago”... Es poco probable que todas estas frases hagan que un niño se dé cuenta de sus errores y comience a corregirlos. .
Lo más probable es que el niño simplemente se sienta ofendido. Quizás el bebé desarrolle un sentimiento de culpa, que claramente no contribuye a la iniciativa y la determinación.
¿Cómo se puede criticar a un niño?
Es necesario señalar un error concreto cometido. No tiene sentido discutir la personalidad, el carácter y las habilidades del niño.
En lugar de la frase "No sabes cómo comportarte", es mejor decir: "En este caso, hiciste algo incorrecto".
También conviene señalar no sólo las deficiencias, sino también algo positivo. En lugar de decir: "No puedes cantar", es mejor decir: "El comienzo de la actuación fue bueno, pero tenemos que trabajar en el resto".