Los padres intentan complacer a sus amados hijos con más frecuencia. No hay nada de malo en esto siempre y cuando no te excedas.
Pero el deseo constante de complacer al bebé y la falta de voluntad para decir "no" a menudo tiene consecuencias desagradables.
Así, un niño puede resultar mimado, caprichoso, egoísta e ingrato.
¿Cómo pueden entender mamá y papá que claramente se están exagerando con el cuidado? Hay varias señales.
El niño no ayuda a sus padres.
Si el bebé nunca acude en ayuda de su familia, entonces esto es claramente una señal de alarma.
Especialmente si el niño se niega a ayudar a su madre o a su abuela cuando se lo piden.
A menudo indignado
Un niño mimado muestra constantemente emociones negativas: grita, maldice, expresa enfado e insatisfacción.
Y esto sucede en cualquier situación que resulte desagradable para el bebé. Por ejemplo, perder un juego de mesa, un recordatorio para limpiar tu habitación o hacer los deberes, etc.
No siente pena por nadie
Es malo que un niño no tenga la capacidad de sentir empatía. La simpatía por otras personas es una manifestación de bondad y educación adecuada.
La desgana o la incapacidad de simpatizar con los demás a menudo indica que el niño ha sido malcriado.
No oculta que no le gustó el regalo.
Puede que no te guste el regalo. No hay nada malo en eso. Pero si una persona dijo esto en voz alta, entonces claramente estamos hablando de una violación de las reglas de etiqueta.
Si un niño ni siquiera piensa en el hecho de que tal afirmación podría herir a sus padres y amigos, entonces la situación es claramente mala.
Las frases “El regalo podría haber sido mejor” o “¡Pedí un smartphone!” Se pueden llamar con seguridad manifestaciones de deterioro.
No quiere escuchar la palabra "no"
Un niño mimado odia ser rechazado.
Y esto es muy malo: el niño cree claramente que los miembros de la familia deben cumplir todos sus caprichos.