Los niños a menudo se muestran obstinados, no quieren cumplir las peticiones de sus padres y actúan deliberadamente en contra de las opiniones de mamá y papá.
A veces los niños simplemente son perezosos y no quieren limpiar su habitación, ir al supermercado o pasear al perro.
Sin embargo, existe un pequeño truco para que tu hijo sea obediente.
Estamos hablando de una técnica psicológica que es muy sencilla, pero que funciona en la mayoría de los casos.
La esencia de la técnica.
Es necesario ofrecer al niño la opción correcta.
Esta opción no es adecuada: "¿Vas a lavar los platos o no?"
Pero esta pregunta se puede considerar planteada correctamente: "¿Lavarás los platos o limpiarás la habitación?"
En otras palabras, el niño debe enfrentarse inmediatamente al hecho de que realizará algún tipo de trabajo.
En tal situación, los niños generalmente no rechazan la solicitud y comienzan a elegir una de las acciones propuestas.
¿Quieres obligar a tu hijo a sentarse a hacer los deberes? Pregúntele: "¿Por dónde empezarás ahora mismo: haciendo tareas de inglés o resolviendo problemas de matemáticas?"
Pero no deberías hacer esta pregunta: "¿Vas a hacer tu tarea?" Tal tratamiento sólo enojará al niño y provocará procrastinación.