No todos los niños son obedientes.
Muchos niños y niñas son voluntariosos y no temen las consecuencias.
No tiene sentido amenazar a esos niños con castigos. Pero vale la pena encontrar un lenguaje común con ellos.
Para hacer esto, debe prestar atención a las siguientes técnicas.
Rechazar el tono autoritario
Si quiere que su hijo haga algo o corrija algún error, no le dé órdenes.
Por ejemplo, en lugar de la frase "¡Limpia tu habitación inmediatamente!" Es mejor decir: "Por alguna razón, los juguetes están esparcidos en la guardería..."
Existe una alta probabilidad de que el niño guarde las cosas él mismo. Y ni siquiera tienes que obligarlo a hacerlo.
Rechazar solicitudes “grandes”
Algún tiempo después de abandonar el tono autoritario, puede comenzar a hacerle peticiones educadas al niño.
Y es recomendable no darle a su hijo demasiadas tareas a la vez. En otras palabras, las solicitudes deben dividirse en partes.
En lugar de "¡Limpia tu habitación!" Vale la pena decir: "Por favor, retira los juguetes del suelo" y luego "Por favor, haz la cama".
Muéstrele a su hijo un ejemplo
Hasta el niño más desobediente sigue el ejemplo de sus padres.
Si mamá y papá son ordenados, limpios, tranquilos y educados, tarde o temprano el bebé comenzará a comportarse de manera similar.
Pero si los padres discuten constantemente, son perezosos y dejan las cosas "para más tarde", es poco probable que puedan criar a sus hijos con normalidad.