En la infancia, la falta de amor de los padres afecta negativamente la vida futura.
Un niño desagradable se convierte en un adulto que no conoce ningún otro modelo de comportamiento y, en consecuencia, no le agradan sus hijos, dice el psicólogo Stanislav Sambursky .
Dependiendo del volumen, el amor de los padres cura o paraliza. La falta de él en el niño en el futuro provoca neurosis, problemas de autoestima y comunicación.
Una persona que no le agrada busca llenar el vacío espiritual.
El protagonista principal en este asunto suele ser la pareja, quien está obligada a brindar calidez, cariño y amor.
Pero también sucede que los niños no amados se ponen en roles:
- “Rescatador”, cuando el amor se logra a través de la ayuda y la ayuda mutua;
- “Tirana” – a través de la fuerza y la presión.
Un niño que no le agrada se puede identificar por los siguientes signos.
- Un sentimiento de infelicidad, la incapacidad de regocijarse.
- Desconfianza en todos y en el mundo en su conjunto.
- La posición del abusador o, por el contrario, de su víctima.
- Tendencia a diversos tipos de adicciones: tabaquismo, alcohol, adicción al trabajo, etc.
- El deseo de estar siempre arriba, mejor que los demás, el síndrome del niño conveniente.
- Dificultades para criar a sus propios hijos.
- Baja autoestima.
- Inteligencia emocional poco desarrollada, que se expresa en no reconocer las emociones ajenas, en la dificultad para expresar y controlar las propias.
- Vulnerabilidad.
- Trastornos mentales: depresión, ansiedad, ataques de pánico, etc.
Las relaciones interpersonales saludables se basan en la madurez, la honestidad y la franqueza. Por eso es tan importante que en la vida adulta la edad biológica corresponda a la psicológica. Sólo así una persona que no recibió el amor de sus padres en la infancia podrá llenar de forma independiente este vacío en la vida.
En primer lugar, es importante convertirse en un padre amoroso y afectuoso con usted mismo. En esta posición será más fácil resolver problemas. Se construirán relaciones normales, el fin en sí mismo no será la curación de los psicotraumas infantiles a expensas de la pareja.