Cómo los padres pueden ayudar a sus hijos a superar el miedo

01.05.2023 10:40

El miedo es algo a lo que se enfrentan absolutamente todas las personas. Este sentimiento está arraigado en nuestra psique como un mecanismo protector de supervivencia.

Todo el mundo experimenta miedo y eso es normal. Como en cualquier asunto, basta con sentir la línea entre lo normal y lo patológico.

En cada edad, los niños pasan por cierto tipo de miedos. El ejemplo más llamativo, desde los 6 meses hasta los 3 años, es el miedo a perder a una madre o a un adulto significativo.

Muchas madres conocen muy bien este miedo, tras la adaptación de sus hijos a la guardería, por ejemplo. La razón de este miedo es simple y clara. Sin el cuidado de una madre u otro adulto importante, un niño no sobrevivirá.

Y desde aquí entendemos que ese miedo es la norma. No es necesario tratarlo, erradicarlo, solo hay que ayudar a atravesarlo suavemente, ayudar al niño a adquirir esta experiencia. Estas son etapas del desarrollo mental.

Manos
Foto: © Belnovosti

La gravedad de la manifestación de diferentes miedos es individual para todos los niños. Pero ni siquiera se pueden negar los temores que no se manifiestan con mucha claridad.

Tampoco es deseable engañar al niño, sustituir conceptos, incluso si el bebé aún es demasiado pequeño y, en su opinión, no está preparado para escucharlo. La verdad se puede presentar de forma lúdica, en voz baja, utilizando la imaginación de los niños y personajes de cuentos de hadas.

Están prohibidas las siguientes frases: "Está bien", "Pasará", "Te parece", "Eres como un cobarde", "¡Deja de tener miedo!". Son inútiles y sólo exacerban el miedo y socavan la relación de confianza con los padres.

A continuación veremos formas básicas de ayudar a un niño a superar el miedo a diferentes edades.

Reconocer el miedo y hablar sobre los sentimientos y emociones de su hijo

Es muy importante decirle en voz alta a tu hijo: “¡Ahora tienes miedo!”, “Es normal sentir miedo”. La confirmación verbal de las emociones vividas debe ir acompañada de apoyo y palabras de amor: "Estoy aquí", "Venceremos este miedo juntos". Gracias a este enfoque, el niño se calma y además aprende a distinguir entre emociones y sentimientos, identificarlos y gestionarlos. En otras palabras, se desarrolla la inteligencia emocional.

Tiempo efectivo con su hijo

Este es el momento de un juego de calidad con el niño en lo que exactamente quiere. El niño elige su propia actividad. Pueden ser 15 o 30 minutos de su tiempo, dependiendo de la disponibilidad.

Durante este período, el padre pasa tiempo exclusivamente con el niño, sin distraerse con el teléfono, llamadas, trabajo o cualquier otra cosa, y los hermanos o hermanas no deben interferir. Lo ideal es que cada padre pase tiempo efectivo con el niño por separado, por la mañana y por la noche.

Este método, cuando se utiliza con regularidad, tendrá un efecto beneficioso en todo: las relaciones de confianza con los padres, el desarrollo psicoemocional del niño, la superación de los miedos, la calma y la confianza del niño, el desarrollo de su sistema nervioso y la estabilidad emocional. .

Técnicas de forma lúdica.

Los miedos se pueden representar en juegos con juguetes, atrayendo personajes de cuentos de hadas y, con su ayuda, expulsar el miedo. Puedes utilizar el método de dibujar el miedo en papel o modelarlo con plastilina.

Contacto táctil

Esto es especialmente cierto a una edad más temprana, desde el nacimiento hasta los 7 años. Pero incluso a una edad mayor, los niños necesitan con urgencia abrazos sinceros de sus padres y seres queridos.

Estos métodos son muy universales; se pueden utilizar no sólo cuando aparece algún miedo en su hijo, sino también de forma continua en el proceso de comunicación y educación. Le ayudarán a alcanzar un nuevo nivel de relaciones positivas y profundas con sus hijos.

Igor Zur Autor: Igor Zur editor de recursos de internet


Contenido
  1. Reconocer el miedo y hablar sobre los sentimientos y emociones de su hijo
  2. Tiempo efectivo con su hijo
  3. Técnicas de forma lúdica.
  4. Contacto táctil