Cuando llega el momento de presentarle a su bebé otros alimentos además de la leche materna o la fórmula infantil, los padres se enfrentan a la pregunta: ¿qué producto elegir?
Las abuelas, que también son suegras, en tal situación, sin dudarlo, responden: por supuesto, manzanas.
Sí, solo hay una cosa: los pediatras modernos no recomiendan usar manzanas en la primera toma.
Y tienen varias razones para ello.
1. La primera razón es que después de comer deliciosas manzanas, es poco probable que el bebé quiera comer verduras.
Al iniciarse en la alimentación complementaria, además del resto, te propones la tarea de familiarizar a una persona pequeña con una gran variedad de gustos. Las manzanas tienen un sabor pronunciado, generalmente dulce, y, sin duda, le gustará al bebé. Sin embargo, después de tal manjar, el bebé ni siquiera mirará en dirección al calabacín, la coliflor o el brócoli.
2. Cuando la leche ya no puede satisfacer todas las necesidades de un organismo en rápido crecimiento, llega el momento de introducir alimentos complementarios. En primer lugar, se debe proporcionar al niño material de construcción, que, como saben, son proteínas.
En las manzanas, la cantidad de proteína es insignificante y ronda los 0,4 g por 100 g.
3. Por último, no podemos pasar por alto que las manzanas pueden actuar como alérgenos, especialmente cuando se trata de frutos rojos.
Además, las manzanas provocan hinchazón y aumento de la producción de gases.