Mamá y papá pueden reaccionar de manera diferente al llanto de su bebé.
En algunos casos, los padres simpatizarán con el bebé, en otros comenzarán a irritarse.
Sin embargo, independientemente de las emociones que experimenten la madre y el padre, ver a un niño llorando supone un gran estrés para ellos.
En este momento, lo principal es no decir demasiado, para no empeorar una situación que ya es difícil.
A continuación se presentan cuatro frases que pueden hacer que un bebé que llora se moleste o se asuste mucho cuando las escuche.
"¡Deja de llorar!"
No es necesario exigirle al niño que deje de derramar lágrimas con urgencia.
Por alguna razón, el bebé muestra emociones fuertes. Y si se obliga a dejar de llorar, es poco probable que la fuente de sus preocupaciones desaparezca.
El niño o niña comenzará a reprimir las emociones. Y esto puede tener un impacto negativo en la condición del niño.
"¡Me estás deshonrando!"
No es necesario presionar la culpa de su hijo. El niño no debe pensar que su problema no importa, y con sus lágrimas sólo hace sentir mal a sus padres.
Un niño o una niña no debe tener la impresión de que la situación de los demás es más importante que sus propias dificultades.
Si esto no se previene, el niño puede desarrollar complejos y otros problemas psicológicos.
"Si continúas llorando, entonces..."
Un niño que llora nunca debería asustarse. No le digas a tu hijo que lo dejarás en la tienda o que “se lo darás” a “esa tía de allá”.
Este tipo de amenazas pueden hacer que su descendencia sea más temerosa y retraída.
"¡Pero este niño no llora!"
Es peligroso decirle a un niño que su hermano/amigo/compañero de clase en el jardín de infantes es mejor sólo porque no muestra emociones.
Es poco probable que tales declaraciones hagan que el bebé sea más obediente. Pero bien pueden provocar una caída grave de la autoestima de un hijo o una hija.