Es terrible si un niño o una niña odia a mamá y papá.
Y tal situación puede surgir por culpa de los padres.
La causa del odio infantil puede ser una comunicación inadecuada con un niño.
Bajo ninguna circunstancia debes decir frases que puedan causarle antipatía a tu hijo/a.
Quizás la ira y el desprecio sean “calmados”. Pero esto no mejorará la situación.
¿Quieres mantener una relación normal con tu propio hijo? Entonces no utilices las siguientes líneas:
"En realidad, queríamos una niña, no un niño".
Bajo ninguna circunstancia le digas a tu hijo que querías una hija.
Y viceversa: una niña no debe saber que sus padres soñaban con tener un niño.
Si le dice esto a su hijo, se ofenderá mucho y se sentirá “innecesario”.
“Todo el mundo tiene hijos normales, pero yo tengo…”
Trate de no comparar a su hijo con otros niños.
Y si aún así lo haces, entonces no permitas comparaciones que no favorezcan a tu hijo/a.
El bebé percibirá claramente tales declaraciones de los padres como una manifestación de disgusto.
“A nadie le importa tu opinión”
No desvalorices bajo ninguna circunstancia las opiniones y sentimientos de tu hijo.
"Gastamos mucho dinero gracias a ti".
No culpes a tu bebé por "necesitar mucho dinero" para cuidarlo.
El niño no tiene la culpa de esto.
"Dejaremos de amarte si..."
El niño debe estar seguro de que sus padres lo aman incondicionalmente.
Mamá y papá no deben amenazar al niño con "detener el amor". Incluso como broma.
Este enfoque está plagado de un grave deterioro de las relaciones. El niño puede comenzar a creer seriamente que sus padres pueden dejar de mostrarle amor y cuidado, o incluso “abandonarlo”.