Por qué un gato te amasa a ti o a una manta con sus patas: se ha descifrado el código secreto

21.02.2025 08:36

¿Alguna vez has visto a tu gato realizando un extraño ritual en el que comienza a amasarte con sus patas, como si estuviera amasando masa para los pasteles de la abuela?

Te preguntas: “¿Realmente sueña con una carrera como panadero?” Aunque parezca gracioso, detrás de este gesto se esconden mensajes felinos secretos que la ciencia ahora está lista para descifrar.

Todo comienza en la infancia. Imagínese un pequeño gatito, acurrucado contra su madre gata, presionando rítmicamente sus patas sobre su vientre, estimulando el flujo de leche.

Gato
Foto: © Belnovosti

Este “paso de leche” no es sólo un reflejo, sino una forma de sentirse conectado y seguro.

A medida que los gatos crecen, llevan este gesto a la edad adulta, como si volvieran a aquellos días sin preocupaciones.

Pero no todo es tan inocente. Los gatos son estrategas natos. Sus patas contienen glándulas microscópicas que secretan feromonas.

Cada clic es una marca: “Vaska estuvo aquí”.

Así es como marcan “lo suyo”: tu almohada, tu manta o incluso a ti mismo. Para ellos, es como dejar una firma en un cuadro: un acto de propiedad. “Mi persona, mi territorio”, le dice tu gato al mundo, convirtiendo el sofá en el escenario de sus guerras secretas.

También es una cuestión de supervivencia. Los ancestros lejanos de los gatos domésticos pisoteaban la hierba, creando nidos acogedores para dormir o proteger a los gatitos.

El instinto dicta: "Haz que el lugar sea suave y seguro". Su manta, en opinión del gato, es simplemente un análogo moderno de la hierba esteparia.

Pero a veces, detrás de ese gesto inofensivo, se esconde una cierta ansiedad. Si tu mascota amasa superficies con más frecuencia de lo habitual, como si intentara desahogarse, es posible que esté experimentando estrés o incluso dolor.

Los veterinarios advierten: los cambios bruscos de comportamiento son motivo para revisar la salud de la mascota.

Por supuesto, también hay una versión romántica. Ronronear, dar cabezazos en la frente y tocar suavemente la nariz durante una sesión de "masaje" es una forma de decir: "Tú eres mi persona".

Pero no te apresures a que te toquen. Los zoopsicólogos nos recuerdan: los gatos son maestros de la manipulación. Si el ritual siempre termina con el sonido de un cuenco llenándose, tu mascota simplemente te está entrenando. “Amasar las patas es como conseguir comida” es un reflejo condicionado que no funciona peor que la campana de Pavlov.

¿Qué debemos hacer? En primer lugar, no regañes a tu mascota. Recortar las garras para evitar que la manta se convierta en un colador. En segundo lugar, ofrezca una alternativa: una manta eléctrica o una cama empapada con su aroma.

Si tu gato insiste en que lo acurruques en tu regazo, disfruta el momento: es una sesión de terapia felina impulsada por la oxitocina. Pero si sus movimientos se vuelven obsesivos, piénsalo. ¿Quizás quiera decir algo que no se puede expresar con maullidos?

Elena Shimanovskaya Autor: Elena Shimanovskaya Editor de recursos de Internet.


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