Por qué un gato rompe muebles: esto puede deberse no solo al deseo de la mascota de afilarse las garras

15.11.2024 03:30

Muchos ronroneos tienen la costumbre de dañar los muebles.

A la primera oportunidad, los peludos empiezan a destrozar sofás y sillones.

Las mascotas que maúllan suelen prestar atención a la alfombra.

Mucha gente está segura de que este comportamiento de los gatos está asociado únicamente a su deseo de afilarse las garras.

En algunos casos la conclusión resulta ser correcta.

gato
Foto: © Belnovosti

Pero a veces nuestros amigos de cuatro patas rompen muebles no para aumentar el filo de sus garras y deshacerse de las puntas en crecimiento.

A veces los gatos se comportan así por otro motivo. A continuación se muestran las posibles opciones.

El gato quiere marcar su territorio

Al "procesar" la superficie del sofá con sus garras, el peluche no solo afila sus garras, sino que también deja un olor.

En otras palabras, el animal crea una “marca” que indica que el territorio “le pertenece”.

El gato se deshace del exceso de energía.

El ronroneo puede empezar a dañar los muebles por el deseo de tirar la energía acumulada.

Al parecer, la mascota se enfrenta a una falta de actividad física. Aquí es donde surge el deseo de hacer “ejercicios”.

El problema se puede solucionar de forma sencilla: juega más a menudo con tu amigo de cuatro patas y cómprale más juguetes.

El gato quiere llamar la atención del dueño.

Una mascota que se siente sola empezará a atraer la atención del dueño por cualquier medio: incluso aquellos que enfaden e irritan mucho a la persona.

Últimamente, ¿tu gato ha empezado a romper con frecuencia los muebles de tu apartamento? Quizás simplemente le prestas poca atención a tu amigo de cuatro patas. Intenta corregir la situación: acaricia al peludo con más frecuencia, aumenta el número de juegos con él.

Antón Kurchev Autor: Antón Kurchev Editor jefe adjunto


Contenido
  1. El gato quiere marcar su territorio
  2. El gato se deshace del exceso de energía.
  3. El gato quiere llamar la atención del dueño.