Cualquiera que haya observado alguna vez el comportamiento de los perros ha notado que antes de acostarse, el perro da varias vueltas sobre sí mismo.
Este comportamiento fue “heredado” por los animales domésticos de sus antepasados, porque literalmente tenían que “hacer” la cama”.
A pesar de que han pasado muchos años desde entonces, algunos instintos (en particular, el hábito de dar vueltas en el lugar antes de acostarse) aún no están latentes en los perros domesticados.
Según la especialista en comportamiento animal Leslie Irwin, los antepasados de los perros domésticos adquirieron este hábito para protegerse y crear una “casa”.
Los lobos siempre se movían en manadas y dormían al aire libre. Por estas características, los animales no tenían un lugar separado donde pudieran dormir constantemente y sentirse seguros.
Para crear un nido cómodo para ellos y los cachorros de lobo, los adultos tuvieron que arrancar la hierba alta y pisotear la maleza.
Si hablamos de las razones por las que los animales caminaban en círculo, los científicos sugieren que esto se debe a la seguridad y la jerarquía en la manada.
Por lo tanto, el pisoteo denso de un área minimizó el riesgo de chocar con una serpiente u otra criatura peligrosa y, debido a la estricta jerarquía social, los animales marcaron sus lugares con un círculo separado.