Si eres dueño de un gato, habrás notado que a veces sale volando del baño como una bala y comienza literalmente a destruir todo lo que lo rodea.
Por supuesto, los gatos son criaturas asombrosas, pero este comportamiento es desconcertante. ¿Qué pasa por la cabeza de tu amigo peludo?
Desafortunadamente, nadie ha podido encontrar todavía la respuesta a esta pregunta, pero aún así se han propuesto teorías.
Entonces, desde un punto de vista biológico, el gato sale apresuradamente de la caja de arena para que sus “enemigos” no puedan detectarlo, centrándose en el olor de las heces. Es cierto que en la naturaleza, donde hay depredadores más que suficientes, no se ha observado tal comportamiento en los animales.
Según la segunda teoría, el frenesí en el que cae un gato después de ir al baño se justifica por sensaciones placenteras.
Al igual que los humanos, los gatos tienen un nervio vago que comienza en el tronco del encéfalo y recorre la columna, conectando varios órganos del cuerpo.
Este nervio se considera el más largo del sistema nervioso y es responsable, entre otras cosas, de asegurar las deposiciones.
Su estimulación puede provocar una sensación de placer. Quizás por eso un animal puede mostrarse violento incluso antes de ir al baño, debido a la presión sobre el nervio vago en los intestinos.
Dado que la duración de esta sensación no supera los pocos segundos, el gato rápidamente “recupera el sentido”.