Una persona moderna, que tiene acceso a casi cualquier información de interés, incluidos los datos científicos, simplemente se avergüenza de seguir creyendo en mitos y fábulas.
Pero esta circunstancia no disuade a todo el mundo de realizar acciones imprudentes.
Los expertos han nombrado los tres mitos más comunes sobre los gatos en los que la gente sigue creyendo.
Primer mito
El carácter independiente y los hábitos de comportamiento de un depredador solitario convirtieron a la mascota en una persona orgullosa y egoísta.
De hecho, los gatos no son obstinados, sino todo lo contrario: flexibles y obedientes.
Aman sinceramente a sus dueños y en absoluto por un plato de comida, como muchos dicen.
Si un gato se comporta de manera salvaje, lo más probable es que esto sea un signo de una educación inadecuada y un trato cruel hacia la mascota.
Segundo mito
La historia no dice nada sobre a quién se le ocurrió la idea de que un gato tiene nueve vidas.
Pero la idea errónea sobre la capacidad de supervivencia de los gatos ha dado lugar a otro mito: que los animales pueden curarse a sí mismos de alguna manera simplemente tumbados en algún lugar debajo de un armario durante varios días.
Esto solo es cierto si la mascota fue arrastrada por una corriente de aire, no más.
El desapego, la apatía, la falta de apetito y otros cambios de comportamiento indican que el animal necesita la ayuda de un veterinario.
El tercer mito
Mucha gente todavía duda de las capacidades intelectuales de los gatos, considerándolos estúpidos en comparación con los perros.
De hecho, el coeficiente intelectual de un gato no es muy inferior al de un perro, y la diferencia de comportamiento se explica por la diferente naturaleza de estos animales.
Los gatos son por naturaleza independientes y menos dependientes de los humanos, lo que los hace más inteligentes.