Cuando un perro envejece, surgen problemas no sólo para él, sino también para sus dueños.
En primer lugar, el proceso de envejecimiento en una mascota se manifiesta en el comportamiento del animal, que se vuelve cada vez más “extraño”.
Bueno, el perro mismo está perdido, quiere saber qué le pasa, por qué le resulta tan difícil, por qué le duele tanto.
Su mascota quiere saber por qué de repente se asusta tanto, ¿por qué de repente lo que antes le resultaba familiar ahora le resulta tan incomprensible?
Es posible que puedas hacerle la vida más fácil a un perro mayor.
¿Qué dolencias son más comunes?
Vale la pena entender que cuanto mayor es el perro, más problemas fisiológicos tiene.
Por ejemplo, enfermedades dentales. Esto provoca dolor en el perro y se vuelve irritable.
Los problemas intestinales afectan la limpieza de su hogar.
Un trabajo menos intensivo de los pulmones y el corazón provoca fatiga y ansiedad rápidas.
Las enfermedades de los riñones y la vejiga están plagadas de problemas de incontinencia.
Las enfermedades de las articulaciones y la atrofia muscular dificultan los movimientos del perro, incluso moverse lentamente le resulta doloroso.
¿Cuándo empieza a envejecer un perro?
¿A qué edad comienzan estos problemas? Todo depende de la raza.
Pero, en general, los perros grandes comienzan a envejecer antes (6-7 años), los pequeños, un poco más tarde (9-10 años).
También vale la pena saber que los perros ancianos suelen sufrir una enfermedad similar a la enfermedad de Alzheimer en los humanos.
Signos de problemas: pérdida de orientación en el espacio, el perro duerme más durante el día, indiferencia hacia la comunicación, incontinencia.
La enfermedad, lamentablemente, es incurable, pero el contacto oportuno con un veterinario puede ralentizar su progresión y facilitar la vida de un perro anciano.
Ansiedad y estrés
A medida que muchos perros envejecen, se produce ansiedad debido al debilitamiento de la visión y el oído, lo que hace que el entorno se vuelva cada vez menos claro.
Además, los animales se preocupan por problemas como la incontinencia, ya que nunca antes la habían padecido.
Y si se producen cambios en casa, incluso cambios tan insignificantes como reorganizar los muebles, el perro está expuesto al estrés.
En relación con lo anterior, se recomienda a los propietarios:
– no culpes al perro por lo que está pasando, porque esto no es terquedad ni carácter, sino fisiología;
– contactar a un veterinario;
– tenga paciencia y recuerde que después de años de devoción, el perro merece el cuidado y la preocupación adecuados.