En la temporada otoño-invierno, no sólo los zapatos de las personas sufren los efectos de la sal en las carreteras, adquiriendo las características manchas blancas.
Muy a menudo, las aceras tratadas con medios especiales se convierten en una auténtica tortura para las mascotas durante un paseo.
Sus dueños se quejan de que después de caminar por esos senderos (los tratan por el hielo), los gatos o los perros maúllan o gimen lastimosamente.
Esto se debe a que las almohadillas agrietadas de sus patas les causan dolor.
¿Cómo puedes proteger estas extremidades de tus queridas mascotas de una desgracia inesperada?
¿Por qué los caminos salados son peligrosos para los animales?
Los expertos afirman que las soluciones salinas concentradas tienen el mismo efecto en la piel de los animales que en el cuero de los zapatos.
La única diferencia es que este último no siente dolor, pero los perros y gatos lo padecen.
El efecto negativo de la solución salina es que la piel de las patas de los animales se deshidrata, aparece sequedad y esto también provoca grietas.
El cuerpo reacciona en consecuencia: se produce irritación de la piel.
Esto último, a su vez, provoca picazón, malestar y dolor.
Y los lugares más vulnerables de las patas son la piel entre los dedos.
¿Qué puedes hacer?
Los expertos recomiendan utilizar zapatos especiales para animales que eviten el contacto directo de las patas con productos químicos.
Estos productos están a la venta. Pero puedes hacerlos tú mismo, con materiales impermeables.
En principio, se pueden utilizar materiales habituales, pero es necesario tratarlos con impregnaciones repelentes al agua.
También se permite la "cera para patas", compuestos especiales que se aplican en las almohadillas y entre los dedos, creando así una película repelente al agua.
