Escuchas un maullido quejumbroso proveniente de la cocina a las 5 de la mañana y te levantas para servir la comida. Ves cómo el gato toca con su pata el cuenco vacío y tú lo llenas inmediatamente.
Parece como si te estuvieran cuidando, pero en realidad te han engañado.
Los gatos son manipuladores geniales y sus maullidos hace tiempo que dejaron de ser simplemente “habla”. Es una herramienta finamente ajustada para controlar su comportamiento.

Dato interesante: los gatos adultos casi nunca se maúllan entre sí. Inventaron este sonido especialmente para la gente.
En la naturaleza, se comunican a través del olfato, la postura y el tacto, pero rápidamente aprendieron que los humanos respondemos a la voz. Y comenzaron a experimentar.
Un "maullido" corto y agudo imita el llanto de un bebé: nuestros cerebros están programados para prestar atención a esto. Un maullido largo y ronco provoca alarma: “¡Ayúdenme inmediatamente!”
Y un suave ronroneo “mrr-miau” actúa como un cumplido: “Eres el mejor dueño, dame una golosina”.
¿Pero cómo saben qué funciona? Los gatos aprenden mediante prueba y error. Si su mascota recibió una golosina una vez después de hacer un grito fuerte, repetirá ese sonido en el futuro.
Además, recuerdan qué entonaciones provocan en ti una reacción rápida. Por ejemplo, si saltas de la cama con un maullido nocturno, tu gato lo utilizará cada vez que quiera atención.
Otro truco es el "enemigo invisible". Un gato puede maullar ante una puerta cerrada, fingiendo que hay algo allí. Lo abres, lo revisas y ella entra orgullosa a la habitación, como si te hubiera salvado del peligro.
En realidad, sólo necesitaba entrar, pero un acercamiento directo (rascado) podría causar irritación. Maullar parece una «petición noble».
Los gatos más astutos pueden imitar sonidos. Algunos imitan el llanto de un niño, otros imitan la tos de su dueño. No es casualidad: así aumentan sus posibilidades de hacerse notar. Y si los ignoras, pasan a la “artillería pesada”: comienzan a golpear objetos con sus patas para crear ruido. Todo para que usted cumpla su deseo.
¿Qué debemos hacer? No cedas a las provocaciones. Si un gato maúlla cerca de un recipiente que llenaste hace un minuto, no te acerques.
Ignora los conciertos nocturnos (sí, es difícil). Pero no olvides prestarle atención positiva cuando esté en silencio.
Con el tiempo, tu mascota comprenderá que el silencio tiene recompensa, pero los gritos no. Sin embargo, prepárate para que el gato invente una nueva forma de manipulación. La guerra por tu atención nunca termina.