Muchos dueños de gatos consideran que el aseo es un verdadero desafío, en el que corren el riesgo de perder los dedos.
Pero convertir a tu mascota en un aficionado al cuidado personal es posible si actúas con astucia y de forma gradual.
Primeros pasos para una convivencia pacífica con un peine
Debes comenzar con sesiones cortas de 2-3 minutos hasta que tu mascota se canse. El momento ideal es después de las comidas o durante los momentos de descanso relajado.

Primero debes cepillar con cuidado las zonas que más le gustan a tu gato: detrás de las orejas, a lo largo de la espalda. El ritual debe completarse con un obsequio, creando asociaciones positivas.
¿Cuándo es el momento de reservar una cita en un salón?
Su mascota está lista para un cuidado profesional si deja de silbar al ver un peine, le permite tocar sus patas y su barriga y no reacciona al ruido de un secador de pelo o una máquina cortadora.
Un criterio importante es el comportamiento tranquilo durante los procedimientos de 15 a 20 minutos.
Pequeños trucos para grandes resultados
Un cepillo suave es una herramienta imprescindible al empezar. Los movimientos comienzan desde el cuello, avanzando suavemente hacia la espalda, evitando las zonas sensibles.
Es mejor hablarle al gato en un tono tranquilo y tranquilizador, y evitar la restricción física: esto aumentará el estrés.
Señales de advertencia: cuándo es momento de parar
Gruñidos, orejas aplastadas, movimientos bruscos de la cola o intentos de morder son signos claros de cansancio excesivo. Ignorar estas señales puede arruinar su relación con su mascota durante mucho tiempo.
Un entrenamiento adecuado transformará el aseo de una lucha a un ritual de confianza.
Lo principal es paciencia, constancia y un puñado de cosas buenas para reforzar tu éxito.