Algunos amantes de los perros creen firmemente que un perro puede curar heridas lamiendo.
De hecho, esta creencia no es más que un mito. Además: si la piel está dañada (hay rasguños, cortes, etc.), es mejor no permitir que el perro la toque con la lengua.
El caso es que puede haber bacterias capnocitófagas en la saliva del perro.
No dañan al animal en sí, pero si una persona entra en contacto con ellos, pueden surgir problemas graves; en algunos casos, todo puede terminar en la muerte.
Los capocitófagos suponen un peligro especial para las personas con sistemas inmunitarios debilitados, pero una buena salud no puede garantizar un 100% de seguridad.
Los síntomas de la infección pueden notarse de inmediato y, a veces, demoran de 3 a 5 días. Hay casos en que los síntomas aparecen incluso después de 2 semanas.
Si tu salud empeora tras el contacto con la saliva de un perro (fiebre, diarrea, vómitos, dolor de cabeza, dolor en el abdomen, músculos o articulaciones), debes consultar a un médico.
Preste atención a la zona de la piel por donde ha entrado la saliva: si se enrojece, se hincha o comienza a supurar, puede ser un signo de infección.
En cuanto a la piel intacta, no hay una opinión clara.
Si te gusta que tu perro te lama las manos, los pies o la cara, puedes dejar que lo haga. Lo principal es lavar bien la piel con agua y jabón antibacteriano después del contacto con tu mascota.