Los gatos son famosos por su carácter independiente, pero a menudo eligen el lugar de su dueño para relajarse.
Este comportamiento provoca una mezcla de emoción y desconcierto entre los propietarios.
¿Por qué las mascotas peludas ocupan con tanta insistencia la silla o la almohada favorita de su persona?
Instinto y sensación de seguridad.
El comportamiento de los gatos está impulsado en gran medida por el instinto. La casa del dueño parece ser el rincón más seguro de la casa para el gato.
El animal siente que una persona protegería este espacio en caso de peligro, por lo que se vuelve ideal para el descanso. Además, el olor del propietario crea una sensación adicional de seguridad y comodidad.
Comportamiento territorial
Los gatos son animales territoriales. Al ocupar el lugar del ser humano, el gato demuestra su pertenencia a la “manada familiar” y confirma su estatus en la jerarquía del orgullo hogareño.
De esta forma, la mascota demuestra que se considera un miembro igual de la familia.
Calidez y comodidad
El lugar donde el propietario suele sentarse o tumbarse suele ser cálido y acogedor.
A los gatos les encanta la comodidad y el calor, por eso una silla o un sofá con calefacción es un lugar ideal para que duerman. La textura suave y el calor residual atraen al animal como un imán.
Atención y cariño
Tomando el lugar del dueño, el gato puede intentar llamar la atención sobre sí mismo. Los animales sienten muy sutilmente el estado emocional de una persona y, en ocasiones, buscan consolarla con su presencia.
Tumbada en el lugar del dueño, la mascota expresa su cariño y deseo de estar más cerca.
marca de olor
Los gatos se comunican mediante olores. Acostada en el lugar del dueño, la mascota mezcla su olor con el de una persona, fortaleciendo así la conexión y marcando un territorio común.
Es importante para un gato que su olor esté presente en la casa junto con el olor de otros miembros de la familia.
Cómo responder a este comportamiento
Si el dueño no está contento de que el gato ocupe su lugar, vale la pena ofrecerle a la mascota una alternativa: una cama acogedora cerca o una casa especial.
Es importante no castigar al animal por tal comportamiento, sino redirigir suavemente su interés. El juego regular y el afecto ayudarán al gato a sentirse amado y protegido sin tener que ocupar el lugar del dueño.