Los empleados de la Universidad de Linköping han llegado a la conclusión de que los perros pastores son capaces de estresarse al mismo tiempo que su dueño.
Este descubrimiento los impulsó a estudiar esta relación entre otras razas.
Para ello se reclutaron perros pertenecientes a diferentes categorías.
El primer grupo trabajó en colaboración con humanos (esto incluía, por ejemplo, perros de caza: perros salchicha, perros corderos, etc.). El segundo estaba formado por solteros (razas más cercanas al lobo: Shiba Inu, Husky, etc.).
Durante el trabajo experimental, los investigadores controlaron los niveles de cortisol (hormona del estrés) en los animales y sus dueños.
Además, los dueños de mascotas tuvieron que rellenar un cuestionario sobre su amigo de cuatro patas, así como sobre su propio estado psicológico.
Como resultado, los científicos concluyeron que cuanto más fuerte es la relación entre una persona y un perro, más "sincronizados" son los niveles de estrés que experimentan.
Además, se concluyó que la sincronización del estrés no está influenciada por la raza o el propósito del animal, sino por la relación entre el perro y su dueño.