Sólo la gente piensa que acariciar la cabeza da placer y deleita a los perros.
En el caso de un perro personal, esto puede ser así. Pero es mejor no engatusar a perros desconocidos con tales caricias, y hay razones para ello.
Según los expertos caninos, en el mundo canino, una pata colocada en la cabeza de un animal habla de agresión y supresión de la voluntad.
Con las personas, todo es diferente: acariciar la cabeza indica una manifestación de amor y cuidado, que los gatos utilizan fácilmente.
Los perros, al igual que sus parientes más cercanos, los lobos y los zorros, así como los chacales y otros miembros de la familia, durante las peleas tienden a presionar la cabeza del animal derrotado contra el suelo.
El gesto puede traducirse al lenguaje humano como una exigencia de reconocimiento de la derrota y del poder del vencedor.
De manera similar, un perro puede interpretar la mano de una persona extendida sobre su cabeza, lo que puede provocarle cierta molestia.
En el caso de los perros domésticos, hay agradables excepciones cuando el perro responde alegremente al rascarse detrás de la oreja.
E incluso en este caso, al acariciar la cabeza del perro, es necesario controlar su comportamiento.
Si las orejas están vueltas hacia atrás, la cola metida y el perro se lame la nariz con frecuencia, lo más probable es que el perro esté tenso y las caricias del humano no le produzcan placer.