Al igual que los humanos, un gato puede sudar en varios casos, tanto durante el celo como durante la excitación nerviosa intensa.
La producción de sudor no está determinada tanto por la raza como por el grosor del pelaje del gato.
Los gatos de pelo largo y corto sudan de la misma manera: su principal fuente de sudor son las glándulas ecrinas, que se encuentran en las yemas de sus patas, a diferencia de sus homólogos "sin pelo", los Sphynx.
La falta de pelo en las esfinges se debe a características genéticas.
Los representantes de esta raza sudan por todo el cuerpo.
La intensidad de la sudoración depende únicamente de la propia mascota: su estado emocional y de salud.
Algunos gatos Sphynx sudan muy poco, mientras que para otros esto se convierte en un problema grave; en este caso, las mascotas requieren un cuidado especial, que consiste en bañarlos y limpiarlos con un paño húmedo.
Esto puede causar cierta incomodidad a los dueños, ya que el animal deja manchas húmedas de color marrón en las superficies donde se ubica.