Si tu mascota pertenece a la categoría de los que odian el agua, y por tanto todos los procedimientos asociados a ella, tendrás que esforzarte mucho en bañarla.
Por supuesto, puedes ponerte los guantes, torcer al animal y enviarlo a la ducha, pero ese tratamiento definitivamente no agregará puntos a tu relación con tu mascota.
Por eso, la mejor opción es acostumbrar a tu peludo a los procedimientos acuáticos desde pequeño, y si lo adquiriste de adulto, hacerlo todo poco a poco y tener paciencia con los caprichos de tu amigo ronroneante.
Además, al bañar a un gato, cada dueño de gato debe seguir una serie de reglas.
1. Intente ajustar la temperatura del agua para que esté lo más cerca posible de la temperatura corporal del animal, que es de 38 a 39 grados.
2. Protege tus oídos antes del baño introduciendo bolitas de algodón en ellos (no los introduzcas demasiado profundo para evitar dificultades para sacarlos).
3. No es necesario lavar la cabeza del gato: al bañarse, trate de evitar que el agua o el champú entren en los oídos y los ojos del animal; esto no sólo no le gustará, sino que también puede provocarle problemas de salud.
4. Utilice únicamente champú especial destinado a gatos.
5. Enjuague el pelaje de su mascota hasta que el agua se aclare; a menudo se produce dermatitis en la piel del gato debido a los residuos de detergente.