Diversos factores pueden influir en la aparición de problemas articulares en un gato.
Estos incluyen lesiones previas, obesidad, enfermedades infecciosas, cirugía o envejecimiento natural.
En este artículo encontrarás señales que indican que tu mascota tiene problemas con el sistema musculoesquelético.
Cambiar el comportamiento del animal.
Si su mascota peluda solía estar inquieta, pero ahora rechaza los juegos activos, este es un motivo para tener cuidado.
Un gato que siente molestias prefiere pasar tiempo acurrucado, tumbado en la cama. El dolor intenso obliga a la mascota a esconderse en un lugar apartado y negarse a comer y beber.
alteración de la marcha
Debido a las sensaciones dolorosas, el gato probablemente arrastrará o presionará la pata dañada contra su pecho, intentando no pisarla.
Si las articulaciones de la cola están dañadas, el gato intentará no levantarla y protegerla metiéndola debajo de sí mismo.
Muestra de agresión
Los problemas de salud también se indican por el hecho de que la mascota, antes cariñosa, evita las caricias y no se sube a los brazos de su dueño, y cada vez más duerme por separado.
Si tocas accidentalmente un punto dolorido, tu gato puede arañar o morder. Esta es una reacción defensiva natural, así que no regañes al animal por este comportamiento.
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