Los veterinarios están categóricamente en contra de las sesiones de fotos en compañía de una mascota, y he aquí por qué.
De hecho, la actitud negativa hacia la fotografía no se aplica a todas ellas, sino sólo a aquellas que pueden dañar al animal.
Un propietario que decida poner en peligro a una mascota por un disparo divertido probablemente se enfrentará a la condena.
Por ejemplo, no debes obligar a los perros a saltar demasiado alto para obtener una buena foto, ya que esto puede ejercer mucha tensión en las articulaciones al aterrizar.
Otro peligro que aguarda a los perritos es el uso del flash a la hora de tomar fotografías.
Debido a que los ojos de un perro son varias veces más sensibles que los ojos humanos, no pueden tolerar la luz intensa y brillante.
Así, el flash puede dañar la córnea del ojo, provocando alteraciones visuales o ceguera temporal que dura más de un minuto.
Es hora de sacar una conclusión: los veterinarios creen (y no hay razón para estar en desacuerdo con ellos) que si se fotografía a un perro sin utilizar trucos ni flashes, la mascota se alegrará de la atención y posará felizmente ante la cámara a cambio de una pequeña recompensa. .
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