La mayoría de los perros toleran el lavado regular de las patas y el posterior secado de las extremidades.
Pero si el animal no está acostumbrado a este procedimiento desde la infancia o ha desarrollado una aversión persistente al baño, tales "eventos" pueden causar algunos problemas, tanto para la mascota como para su dueño.
Pero, a pesar de las posibles dificultades, es necesario mantener la calma.
No utilices castigos físicos ni le grites al perro si intenta huir o comienza a resistirse.
Las experiencias negativas del baño pueden traumatizar a su mascota y quedar grabadas en su memoria.
Si el perro asocia el lavado con gritos y castigos, intentará con todas sus fuerzas evitar caminar y volver a casa.
Los dueños de perros experimentados recomiendan reducir el tiempo del procedimiento, que es traumático para el perro.
Por ejemplo, puedes preparar un recipiente con agua tibia y los suministros necesarios con anticipación y colocarlos en el pasillo antes de caminar.
Si afuera no está muy sucio, simplemente puede limpiar las patas de su perro con toallitas húmedas o un trapo después de caminar.
Después de un baño exitoso, el perro debe ser elogiado y recompensado con su golosina favorita.
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