Desde hace décadas, se acepta generalmente que los perros son los peores enemigos de los gatos, y los gatos no perderán ni un momento para evitar hacerle daño a un perro.
Los científicos dicen que esto no es así y que los animales no sólo pueden coexistir pacíficamente, sino incluso comunicarse entre sí.
Los científicos han podido demostrar que perros y gatos pueden convivir pacíficamente, jugar, cuidarse e incluso vivir y dormir juntos.
También se concluyó que los animales pueden comunicarse entre sí mediante el lenguaje corporal.
Según los investigadores, en este caso, representantes de diferentes familias utilizan la cola (gatos) y las orejas (perros).
Los casos en los que los animales empezaron a cuidarse unos a otros no son aislados. A menudo lamen el pelaje o ayudan en condiciones difíciles.
Pero lo más interesante es que los gatos y los perros pueden desarrollar una conexión emocional profunda.
Esto significa que en situaciones difíciles pueden buscar apoyo mutuo, aburrirse y también sentirse cómodos estando juntos.
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