Los perros son criaturas terrestres y, a diferencia de los gatos, son prácticamente indiferentes a los peces. Pero aquí hay una paradoja: a los gatos les encanta el pescado, pero no les gusta el agua. Los perros disfrutan del baño.
Los científicos se interesaron en cómo los perros aprendieron a nadar y por qué lo necesitaban.
Según los expertos, para la mayoría de las razas de perros la capacidad de nadar es una cualidad innata.
La natación para ellos es a la vez entretenimiento y una forma de actividad física. Y la habilidad se desarrolló de forma evolutiva.
¿Quién le enseñó a nadar al perro?
Nadie enseñó excepto la Madre Naturaleza o la selección natural.
Los antiguos ancestros de los perros modernos, que vivían en zonas llenas de masas de agua, se vieron obligados a aprender a nadar para buscar comida.
Los investigadores también tienden a creer que a veces era más fácil para un perro superar un obstáculo nadando que eludirlo.
Otra circunstancia que indica el camino evolutivo del perro es la forma del cuerpo, el peso y el pelaje denso, que lo mantiene a flote.
También puedes notar los movimientos de las patas, que ayudan al perro a moverse en el agua en la dirección correcta.
Y algunos perros pueden incluso contener la respiración mientras se sumergen en las profundidades.
Y, por supuesto, cabe señalar que a la mayoría de los perros simplemente les encanta nadar.
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