Si para un perro su dueño es un rey y un dios, más inteligente que nadie en el mundo, entonces los gatos, francamente hablando, no tienen una opinión muy alta de las capacidades intelectuales humanas.
Los gatos creen que los humanos tienen un comportamiento de campo primitivo
Cuando una persona está viendo televisión, leyendo un libro o usando el teléfono, el gato intenta llamar su atención maullando varias veces, pero si la persona no le responde, con suavidad y perseverancia coloca su cuerpo entre él y el objeto que llama su atención.
Esto sucede porque la mascota confía en el comportamiento primitivo de campo de los humanos. Se da cuenta de que el pasillo de atención del dueño es muy estrecho, por lo que por condescendencia se coloca en su campo de visión para facilitarle la tarea.
Según los gatos, la gente subestima el peligro del agua
Puede que el dueño no se dé cuenta, pero el gato suele emocionarse cuando se baña. Al animal le parece que la persona no se da cuenta del peligro del agua y no comprende que después estará todo mojado.
Si el dueño pasa demasiado tiempo en el baño, el gato definitivamente aparecerá aquí para comprobar si todo está en orden. Ella lo llama e incluso intenta sacarlo de esta incomprensible sustancia húmeda.
Los gatos están seguros de que una persona no sabe navegar.
Cuando una persona sale de casa, el gato suele aparecer en la puerta y esperar su regreso. Ella piensa que él podría estar parado afuera de la puerta o deambulando junto a ella, habiendo olvidado cómo llegar a casa.
El gato llama a la persona y araña la puerta para recordarle que aquí está la entrada a la casa. Lo mismo, por cierto, sucede cuando el propietario pasa mucho tiempo en el baño. La mascota lo llama y rasca la puerta para recordarle que la salida del baño está aquí.
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