A veces a los perros les cuesta entender las formas tradicionales en que las personas expresan sus cálidos sentimientos.
Esto se aplica especialmente a los abrazos y besos, que a nosotros, sus dueños, nos parecen completamente normales.
La forma más sencilla de saber si un perro quiere que lo abracen y, en general, tener algún tipo de contacto con él, es acariciarlo un par de veces, tras lo cual debes detenerte y observar la reacción de la mascota.
Si el animal da un paso atrás, significa que en este momento le basta con una comunicación cercana y no es necesario seguir acariciando.
Si tu mascota se acerca a ti y te demuestra que quiere continuar, significa que el contacto físico es necesario y placentero para él en este momento.
En general, abrazar no es la mejor manera de expresar afecto cuando se comunica con un perro.
Aunque el perro esté acostumbrado a los abrazos en familia, los percibe como una limitación de su libertad y movilidad.
En este punto, el perro puede congelarse, lamerse los labios y mirar hacia otro lado, indicando cortésmente que se siente incómodo y que sería mejor que expresara su amor de otras maneras, como simplemente acariciarlo u ofrecerle su golosina favorita.
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