Por alguna razón, se cree que sólo un perro tiene derecho a ser llamado amigo de una persona, mientras que los gatos siempre caminan solos.
La gente suele equivocarse al pensar que los gatos no muestran amor a sus dueños. De hecho, los gatos expresan su afecto a su manera.
Saludan a su dueño maullando y pueden seguirle los pasos, incluso si no tienen hambre. Este comportamiento debe considerarse una manifestación de su amor felino.
Al mismo tiempo, los dueños de perros pasan mucho más tiempo con sus mascotas, porque necesitan que las paseen, las bañen, las entrenen y les enseñen órdenes.
Como resultado, el perro recibe más atención que el gato, aunque ambos animales necesitan amor y cariño.
Corregir la situación actual es bastante simple: es necesario pasar más tiempo con el gato para ganarse su confianza y su amor.
Bastan unas pocas horas de comunicación con una persona al día para que un gato lo ame con toda el alma. Los ronroneos realmente necesitan calidez y cuidado, y si los reciben de su dueño, responden con devoción y amor.
No lo esconderemos: a la hora de educar a un gato necesitarás toda tu paciencia y mucho esfuerzo. Si estás decidido a obtener resultados con estas clases, recuerda que debes empezar a entrenar lo antes posible.
No deberías esforzarte demasiado en tus clases: de 1 a 3 veces al día es suficiente. Y olvídate de regañar al gato: el miedo resultante en el animal no le permitirá hacer nada en absoluto.
Si tu plan no funciona, dale tiempo a tu mascota para que descanse y luego comienza de nuevo los ejercicios, recordando animar al animal de todas las formas posibles.
Anteriormente te contamos qué puedes regalarle a tu mascota por su cumpleaños.
