Algunos dueños de gatos pueden estar indignados: es más, no les bastaba con enseñarles a jugar con su propia mascota.
Pero, sin embargo, te recordamos que jugar con tu mascota debe seguir ciertas reglas, la principal de las cuales es: “El juego debe ser seguro”.
Este requisito no lo cumple en absoluto el puntero láser, que se utiliza a menudo cuando se juega con un gato.
Expliquemos por qué.
El gato tiene la oportunidad de tirar la energía acumulada (que, de hecho, es el objetivo del juego) cuando atrapa una "presa" y comienza a morderla, arañarla y rasgarla con sus garras.
Ahora responde la pregunta: ¿es posible hacer todo esto cuando juegas con un puntero láser? La respuesta es obvia y negativa.
Por lo tanto, la emoción del juego está presente, pero la liberación y realización de este potencial nunca ocurre.
Como resultado, el gato desarrolla frustración y agresión, cuyo objetivo puede ser incluso el dueño. Si el animal tiene un carácter pasivo, es probable que su motivación para jugar desaparezca por completo.