Un gato o un gato pueden destrozar muebles tapizados nuevos en tan solo unos meses. No lo hacen por despecho, sino por llamado de la naturaleza: esto es lo que dicen los expertos.
¿Es posible evitar que una mascota estropee propiedades costosas y si vale la pena recurrir a la eliminación de las uñas? Intentaremos descubrirlo en este artículo.
Cómo resolver el problema
1. La opción más popular en la sociedad es cortar las uñas, pero hay que hacerlo con regularidad y cuidado para no perjudicar la salud del gato.
2. Alguien sugiere quitarle las uñas, pero las consecuencias de la operación son irreversibles y también afectan la salud. La marcha de la mascota se ve afectada e incluso existe el riesgo de desarrollar artritis.
Además, se desconoce qué pasará con un animal privado de garras si, por casualidad, termina en la calle.
3. Una alternativa saludable a la compra de productos antirrayas.
Pueden ser tapones de plástico o silicona que se colocan en las garras. Pero esta también es una medida temporal: las tapas se caerán debido al crecimiento de las garras si la mascota no se deshace de ellas antes.
4. Puedes evitar que un gato dañe los muebles con la ayuda de aerosoles especiales, pero dado que los gatos cometen delitos por instinto, marcan el territorio de esta manera, habrá que tratar todo, incluso el papel tapiz de las paredes.
5. En este caso, la única decisión correcta es comprar un rascador.
Se presentan en cartón ondulado (corta vida útil), moqueta, yute y sisal.
De todas las variedades, las más duraderas son el yute y la alfombra.
Incluso hay modelos que se fijan al respaldo del sofá o al reposabrazos. De esta forma, el animal sigue afilando sus garras en su lugar habitual y los muebles no sufren por ello.