Privar a un loro de paseos, dejándolo encerrado en una jaula las 24 horas del día, los 7 días de la semana, sería una blasfemia hacia el pájaro.
Pero simplemente abrir la puerta no es suficiente: antes de liberar al loro “a la libertad”, es necesario preparar cuidadosamente la habitación.
Asegúrese de cerrar las puertas para limitar los movimientos de su pájaro a una habitación.
No olvide cubrir las ventanas: los pájaros no reconocen el vidrio como un obstáculo y pueden lastimarse al chocar contra un obstáculo transparente.
Por cierto, lo mismo se debe hacer con los espejos, si los hay en la habitación.
Además, limite el acceso a los espacios entre muebles.
También vale la pena retirar todos los recipientes abiertos con agua de la habitación o al menos limitar el acceso a ellos; en primer lugar, esta regla se aplica al acuario.
También asegúrese de que no haya objetos punzantes en la habitación que puedan dañar a su mascota u otras mascotas.