No importa qué tipo de alimento le ofrezcas a tu gato, seco o húmedo, debe tener acceso a agua limpia durante todo el día.
Llenar un recipiente con agua y dejarlo indefinidamente no es una opción.
Debes tener cuidado de cambiar el contenido del bebedero de tu gato al menos dos veces al día: por la mañana y por la noche.
Si notas que, por ejemplo, se ha caído un trozo de comida al agua, no debes esperar al anochecer: en su lugar, cambia el agua ahora mismo.
Por cierto, debes llevar el agua para mascotas que tú mismo utilices. Se puede hervir o embotellar.
El agua del grifo solo es apta para que la beba su mascota si hay filtros instalados en su apartamento.
Por último, unas palabras sobre los cuencos de agua.
No existen requisitos especiales para los materiales de estos productos: pueden ser de vidrio o de cerámica, plástico o metal. La segunda opción, sin embargo, es óptima: no forma rayones, como en el plástico, ni se astilla, como en el vidrio o la cerámica.