La reacción negativa de un perro hacia los extraños es algo común.
Es comprensible: un animal en la calle puede experimentar estrés en un entorno desconocido, percibiendo a cada persona como un enemigo potencial.
Pero a veces las mascotas se comportan de manera extraña: pueden comenzar a ladrar fuerte a un transeúnte, mientras ignoran al otro.
¿A qué se debe esta “selectividad” de nuestros amigos de cuatro patas? Hay cuatro posibles razones.
El perro aún no está acostumbrado al nuevo entorno.
Si el perro ladró a los transeúntes sólo al comienzo del paseo y luego dejó de hacerlo, entonces hay una explicación simple para este comportamiento.
Así, en los primeros minutos el animal tenía miedo de estar en un lugar desconocido. Y luego la mascota se acostumbró y dejó de tenerle miedo a la gente.
Al perro no le gustaba el olor de una persona.
Normalmente, el perro percibe olores que provienen únicamente de las personas. Pero un amigo de cuatro patas puede reaccionar ladrando al olor de otros transeúntes.
Quizás la persona huele a combustible. A los perros no les gusta este olor.
Es posible que la mascota oliera alcohol a una persona que pasaba.
El transeúnte parece extraño (para ser un perro)
Durante un paseo, el perro puede intentar mostrar agresividad hacia los transeúntes que, en su opinión, tienen un aspecto inusual.
Podemos hablar de personas muy altas o, por el contrario, de una persona baja.
La ropa inusual en un transeúnte o ciertos objetos en sus manos también pueden enojar al perro.
Un transeúnte entró en territorio “prohibido”
El perro probablemente considera algunas zonas de la calle como “suyas”. Si hay una persona en este lugar, lo más probable es que el perro reaccione ladrando.