Se ha demostrado científicamente que nuestras queridas mascotas pueden sufrir estrés.
A veces, los motivos pueden ser objetivos: los vecinos están haciendo reformas, un niño llora detrás de la pared o se están mudando.
No podemos influir en estos factores. Sin embargo, en ocasiones somos nosotros mismos los causantes del malestar de nuestra mascota.
¿Qué hábitos del dueño pueden causar estrés en un gato?
Impermanencia
Si primero te sientas en casa durante días y luego desapareces durante un día entero o más, el gato comienza a preocuparse y ponerse nervioso. Los animales aman la coherencia y la rutina.
Pero tus “ausencias” impredecibles pueden alterar gravemente a tu gato.
Por ello, los expertos no recomiendan dejar a tu mascota sola durante largos periodos de tiempo.
Falta de horario y horario.
Como a los gatos les encanta el orden y el sistema en todo, se sienten cómodos si el dueño tiene un horario. Esto significa que todo va como siempre y no hay motivo de preocupación.
Por eso, intenta acostarte y despertarte a la misma hora, y también sé una persona puntual a la hora de alimentar a tu mascota.
Reordenamientos frecuentes
Los gatos no aceptan bien los cambios, por lo que tardan mucho en acostumbrarse a ellos. Por lo tanto, no es necesario realizar reurbanizaciones y reordenamientos con demasiada frecuencia.
Además, no cambies el lugar de tu mascota ni muevas la caja de arena: esto también puede ser bastante estresante.