Antes, el gato era tranquilo y cariñoso, pero ahora a menudo ha mostrado un comportamiento agresivo.
El dueño de una mascota no debe bajo ninguna circunstancia ignorar este fenómeno.
Una persona necesita descubrir qué causó exactamente el cambio en el comportamiento del peludo. Quizás el animal necesite ayuda.
Podemos nombrar al menos tres razones por las que la amable gata de repente empezó a utilizar sus garras y dientes.
Problemas de salud
Un gato puede volverse agresivo debido a un dolor intenso. El deseo del peludo de morder o arañar a alguien se explica por el deseo de ocultar su debilidad con un ataque, para no convertirse en presa fácil de un depredador.
Por ello, una mascota que de repente se vuelve agresiva debe ser llevada al veterinario.
El gato tiene miedo de algo.
Una causa común de agresión inesperada es el estrés en el animal.
Quizás la mascota estaba muy asustada por algo. En tal situación, el gato intentará escapar.
Si esto no es posible, entonces al amigo peludo de cuatro patas sólo le quedará una opción: intentar asustar al "enemigo".
El gato se enojó por el fracaso.
Los gatos son cazadores naturales. Pero en casa, los animales rara vez logran atrapar a sus presas.
A menudo, la ventana se convierte en un obstáculo: no le da a la mascota la oportunidad de agarrar al pájaro que se encuentra al otro lado del cristal.
El gato necesita redirigir la energía acumulada pero nunca gastada a alguna parte. Como resultado, aparece la agresión.