El gato suele sorprender con su comportamiento. A muchos gatos simplemente les encanta sentarse o dormir sobre el vientre de su dueño.
Te contamos por qué los gatos se sienten tan atraídos por la barriga de su dueño.
Razón 1: el gato se siente seguro
La barriga del dueño es el lugar donde el gato se siente protegido y tranquilo. Escucha los latidos del corazón y la respiración del dueño, lo que la calma y le da una sensación de calidez y comodidad.
El gato también sabe que su dueño no la alejará ni la ofenderá, por lo que confía en él y lo elige como su fortaleza.
Razón 2: el gato intenta mantenerse caliente
A los gatos les encanta el calor y tratan de encontrar los lugares más cálidos de la casa. El vientre del dueño es uno de los lugares donde un gato puede calentarse y relajarse.
Esto es especialmente cierto en invierno, cuando la casa está fría o húmeda. El gato también puede colocar su pata sobre el estómago de su dueño para sentir su pulso y temperatura.
Razón 3: El gato expresa su amor
Los gatos no sólo aman el calor, sino que también aman a sus dueños. Muestran su amor de muchas maneras: ronroneando, frotando, lamiendo, rascando o mordiendo.
Al sentarse o dormir boca abajo, el gato demuestra que lo valora y quiere estar cerca de él. También es una forma de establecer contacto e intercambiar olores.
Razón 4: El gato llama la atención
Los gatos son animales muy sociales que necesitan compañía y atención. Pueden subirse al estómago del dueño para llamar su atención y recibir cariño o juego.
Un gato también puede maullar, dar codazos o mordisquear a su dueño para que no se olvide de ella y pase suficiente tiempo con ella.
Razón 5: El gato ocupa su lugar
Los gatos son animales muy territoriales a los que les encanta marcar su espacio. Pueden hacerlo de diversas formas: rayando los muebles, dejando huellas o dejando olores.
Al sentarse o dormir boca abajo, el gato demuestra que lo considera suyo y no permite que otros animales o personas se acerquen a él. También es una forma de demostrar su estatus y dominio.
Conclusión
Un gato al que le encanta sentarse o dormir sobre el vientre de su dueño no sólo alegra su vida, sino que también le brinda amor, confianza y calidez.
Esto también es señal de que el gato se siente cómodo y feliz en su hogar. Por lo tanto, no debes alejar al gato de tu barriga, sino acariciarlo y charlar con él.