Los gatos, que por su edad podrían jubilarse si fueran, claro está, personas, ya no son tan juguetones, comen mucho y pasan más tiempo durmiendo.
Hay un par de cosas más por las que puedes reconocer a un gato mayor.
Por lo tanto, la mayoría de los miembros de la familia de los gatos se vuelven quisquillosos: muestran menos interés en la comida y comienzan a dar preferencia a ciertos productos.
Debido a esto, dicho sea de paso, el animal puede comenzar a perder peso o sufrir problemas con el sistema digestivo.
Además, a menudo se observa pérdida de audición, por lo que si llama a su mascota y él no lo escucha, no se apresure a atribuir este comportamiento a sus caprichos; lo más probable es que simplemente no lo haya escuchado.
No es raro que los gatos de edad avanzada experimenten cambios en su pelaje: las mascotas pueden perder pelo o experimentar sequedad en la piel acompañada de picazón.
En tal situación, no olvides peinar al gato para aliviar su sufrimiento y cuidar su piel; un veterinario experto te dará recomendaciones.
También conviene consultar a un médico para aliviar los problemas dentales, como la caries o el sarro. Como puedes comprender, todas las características anteriores hacen que el animal se vuelva menos activo, se niegue a cazar y se vuelva cada vez más pasivo.
