Los gatos vigilan cuidadosamente su apariencia y siempre se lavan tan pronto como tienen un minuto libre.
Un procedimiento de cuidado igualmente importante es afilar las garras.
Es cierto que a menudo las mascotas no utilizan postes rascadores especialmente diseñados para este propósito, sino muebles tapizados y, a veces, incluso papel tapiz.
Afortunadamente, destetar a un gato de un mal hábito es bastante sencillo.
La forma más sencilla es la cinta adhesiva de doble cara, que debes pegar en aquellos lugares del sofá y sillones que elija tu mascota para volver a arreglarse las uñas.
Una vez que haya sentido cómo sus patas se vuelven pegajosas, es poco probable que un animal limpio quiera volver a intentar afilar sus garras en los muebles.
Además, puedes recurrir a aromas fuertes para que te ayuden.
Coloque un recipiente lleno de cilantro, ají, frutas cítricas y otras especias junto al objeto que le interesa al gato; las posibilidades de que la mascota se acerque a la fuente del olor son nulas.