Se cree que todo perro es parecido a su dueño. Ahora esta sabiduría popular ha sido probada desde un punto de vista científico.
Resultó que criar a un perro es similar a criar a un niño y, por lo tanto, el estado de ánimo del dueño se refleja en el carácter de su amigo de cuatro patas.
Los científicos estudiaron la conexión entre el dueño y su perro y llegaron a conclusiones interesantes.
Así como los hábitos y el comportamiento de los padres afectan el desarrollo y el comportamiento del niño, el temperamento del dueño se refleja en su perro.
En el estudio se entrevistó a un total de 48 criadores de perros.
Así, los científicos pudieron calcular los tipos de personalidad “autoritario, autoritario y permisivo” de los dueños de animales.
Luego observamos a las mascotas.
Resultó que en el primer caso el perro adopta reglas estrictas; el segundo tipo son personas estrictas que suelen utilizar castigos y gritos; en el tercero, personas que no exigen nada especial a su mascota y, en general, rara vez se ocupan de sus necesidades.
Y resultó que eran los dueños autorizados los que tenían los perros más activos, intelectualmente dotados y leales.
Los perros de dueños autoritarios carecían de confianza y, en el tercer caso, de disciplina.
Los hallazgos proporcionan evidencia de que el vínculo entre dueño y perro es similar al que existe entre padres e hijos.
Esto significa que el éxito de la educación o el adiestramiento depende del dueño y no del animal.