Las almohadillas antirrayas son almohadillas de silicona especiales que se adhieren a las garras de los gatos con pegamento.
Los fabricantes afirman que las tapas tienen forma anatómica y están fabricadas con materiales seguros.
Sin duda, un invento de este tipo hace la vida mucho más fácil a los dueños de gatos: ahora su mascota no podrá arañar a los miembros de la familia ni dañar los muebles o el papel tapiz con sus garras.
Y duran mucho tiempo: el período aproximado de uso de las almohadillas antirrayas es de 1 a 2 meses.
Pero al mismo tiempo, las superposiciones de garras tienen una serie de desventajas importantes.
En primer lugar, es posible que las gorras antirrayas simplemente no agraden al gato, que no podrá moverse normalmente con ellas y hará todo lo posible para deshacerse de las odiadas gorras.
En segundo lugar, de esta forma la mascota sólo puede pasear por la casa; no se le puede permitir salir a la calle, ya que podría lastimarse allí.
En tercer lugar, los gatos suelen ser alérgicos a las propias almohadillas antirrayas o al pegamento con el que se fijan a las garras.
Y en cuarto lugar, si se colocan mal las almohadillas o se tratan mal, se puede desarrollar una infección por suciedad, lo que provocará problemas en las garras.