Esto no sucede a menudo, pero sucede que los dueños de perros descubren que la orden "caminar" no provoca alegría en su mascota.
La causa, en primer lugar, puede ser una enfermedad del perro.
Si tienes dudas de que tu animal está enfermo, no retrases la visita a la clínica veterinaria. Asegúrese de que tan pronto como su mascota vuelva a la normalidad, volverá a salir a caminar felizmente.
Otro motivo que justifica la reticencia de un perro a salir a pasear es el miedo y la ansiedad que experimenta la mascota.
Estos, a su vez, pueden surgir por diversos factores, entre ellos el movimiento, la agresión de otros perros, la falta de socialización, el ruido, la insatisfacción del dueño que habitualmente le grita al perro mientras pasea…
La tarea de quienes se encuentran en tal situación es descubrir qué es exactamente lo que asusta a la mascota y eliminar la causa de sus miedos, posiblemente con la ayuda de un psicólogo animal.
La negativa a caminar puede deberse al estrés que experimenta la mascota, pero en su apariencia también influyen muchos factores.
Intente ayudar a su amigo de cuatro patas a afrontar una situación estresante; a veces todo lo que necesita es amor y cuidado.