Los científicos finalmente han demostrado y anunciado públicamente que los gatos no extrañan a sus dueños, como imaginaban los amantes de los gatos.
La sensación que experimentan las mascotas se llama de otra manera. Los gatos no se aburren, sino que se frustran. Qué es y cómo se manifiesta, te lo contamos en este artículo.
Durante la investigación, los científicos británicos descubrieron que durante la ausencia del dueño, los gatos se aburren, pero no porque no tengan dueño.
Esta no es la angustia o el sufrimiento mental que es familiar para los perros separados de su dueño. Los gatos domésticos ni siquiera experimentan miedo a la separación, como se inculcan los dueños de gatos.
Los animales son completamente independientes a este respecto y así se ha demostrado experimentalmente.
Se observaron el comportamiento de 20 gatos domésticos en una habitación vacía, donde los únicos muebles eran un par de sillas. Las mascotas se quedaron solas después de que los dueños se fueron.
Al mismo tiempo, los gatos sólo mostraron insatisfacción, que se manifestó en fuertes vocalizaciones. Pero no fue posible identificar signos de apego.
La razón de este comportamiento es que, en comparación con los perros, la domesticación de los gatos es relativamente reciente.
Por tanto, los gatos no muestran especial cariño, solo experimentan malestar.