Un gato mimado al que se le permite todo, tarde o temprano se convertirá en un verdadero problema para los dueños.
Pero si le prohíbes todo a tu mascota, esto tampoco conducirá a nada bueno.
Te contamos lo que no debes prohibirle hacer a un gato.
Siéntate en el alféizar de la ventana
Muchos propietarios, temiendo por sus flores o plántulas, expulsan a sus mascotas del alféizar de la ventana.
Esto realmente ofende al gato. Mirar por la ventana es el pasatiempo favorito de los gatos.
Salta de rodillas
Incluso si no estás de humor para comunicarte con tu mascota en este momento, no debes ahuyentarla. El gato se sentirá no deseado.
Sube a estantes y armarios.
Si no quieres que tu gato se suba a estantes y rejillas, hazle o cómprale un columpio montado en la pared.
Hurgar en la bandeja
Sí, esto es muy molesto, pero no debes regañar ni destetar a tu mascota de este hábito.
El instinto natural obliga al gato a hurgar diligentemente en la caja de arena, por lo que las medidas educativas no ayudarán aquí.
Compre una bandeja cerrada, coloque una estera especial para atrapar y agregue un poco menos de relleno.
Silbar a los invitados
Si empiezas a regañar a un gato que silba a los invitados, puede volverse aún más agresivo.
Es mejor no acercarse en absoluto a un gato que silba. Lleve a los invitados a otra habitación, no haga ruido, no haga movimientos bruscos.