Con estrés crónico en el cuerpo de un animal, bajo la influencia de un estrés psicológico constante, se producen cambios en la estructura de los órganos internos, lo que conduce a enfermedades graves.
El estrés puede ser causado por cuatro factores.
- Psicológico. Provoca arrebatos emocionales en el animal, lo que provoca un sobreesfuerzo del sistema nervioso. Estos arrebatos son provocados por una situación estresante: un viaje en transporte, una visita al veterinario, la pérdida del propietario, un cambio de lugar de residencia, etc.
- Biológico. Esta categoría incluye todo lo relacionado con procesos biológicos: hambre, comer en exceso, sed, enfermedades infecciosas.
- Químico. Este grupo incluye la exposición a sustancias químicas: productos químicos domésticos, medicamentos, pesticidas, humo de tabaco, etc.
- Físico. Esto incluye calor, heladas, cambio climático, quemaduras, traumatismos y descargas eléctricas.
A menudo el problema se resuelve solo, pero a veces el animal no puede arreglárselas sin la ayuda de un veterinario.
10 signos de estrés
1. Negativa a comer o glotonería descontrolada.
2. Mayor ansiedad. El animal está constantemente tenso, se estremece ante cada sonido, salta de una puerta cerrada, sus orejas están constantemente echadas hacia atrás y sus ojos observan incansablemente al "enemigo".
3. El animal está demasiado delgado, aunque come con normalidad. Esto sucede porque se desperdicia demasiada energía debido a la tensión constante.
4. Lamido maníaco del pelaje. El animal se acicala con tanta diligencia que se le forman calvas en el pelaje. A veces un animal puede lesionarse hasta sangrar.
5. Apatía. La gata no reacciona ante lo que está pasando, deja de jugar, deja de interesarse por la vida de la familia, incluso lo que antes la hacía feliz se vuelve indiferente.
6. Excitabilidad excesiva. En lugar de apatía, pueden aparecer excitabilidad excesiva e hiperactividad. Este estado se caracteriza mejor por la expresión "como si estuviera agotado". El animal no conoce la paz; no puede sentarse ni recostarse tranquilamente ni un minuto.
7. Maullar. Los maullidos incontrolables y sin causa también son una señal de alarma, especialmente si el gato estaba previamente tranquilo.
8. Incontinencia urinaria, diarrea. Estos síntomas también pueden ser una respuesta al estrés severo.
9. Vómitos. El vómito es una reacción natural del cuerpo a diversos factores de estrés, desde el envenenamiento hasta el shock psicológico severo.
10. Deterioro de la coordinación, desviaciones de comportamiento. Con un estrés prolongado, la actividad cerebral de un animal se altera, lo que afecta el comportamiento. El gato puede comportarse de manera extraña, tambalearse de un lado a otro y caerse.
Si su mascota presenta uno o más de los signos anteriores y no desaparecen con el tiempo, debe comunicarse con su veterinario.